
Atila – la embajadora de la conservación del Águila Real de Montaña (Spizaetus isidori)

Aproximadamente seis años atrás, un amigo de nuestro director, Alex Ospina, encontró un juvenil de Águila Real de Montaña (Spizaetus isidori) cautiva en una finca en la vereda de Pipiral en el municipio Villavicencio (Meta). El águila, que permanecía amarrada, al parecer se encontraba en esta finca desde pollo. El señor que la encontró la pudo rescatar e informó inmediatamente al Centro de Rehabilitación de Aves Rapaces (CRARSI).
Mediante gestiones con las autoridades competentes y el apoyo del padre de nuestro veterinario Andrés Felipe Quintero conseguimos viajar desde Pereira hasta Bogotá para traer el ave rapaz al CRARSI. Llegó a nuestro centro de rehabilitación de aves rapaces con aproximadamente dos años de edad cambiando su plumaje adulto al año siguiente de su llegada. Por su gran tamaño y peso se consideró que se trata de una hembra.
El ave se encontraba improntada, es decir que el ave se cree que pertenece a otra especie en este caso al ser humano debido al trato que recibió y el tiempo de cautividad desde temprana edad. Aves rapaces improntadas no son aptas para la liberación; ¿pero qué hacer con un individuo saludable de una especie en peligro de extinción?

Un ave como esta puedes ser valiosa para futuros programas de conservación sea de reproducción o educación ambiental. Aún no sabemos si se justifica un programa de reproducción en cautiverio de la especie, además por fortuna no ha llegado un macho a nuestro centro en condiciones para no ser liberado. Por tanto, un ave lozana como esta merece una oportunidad para aportar a su propia especie y qué mejor manera que siendo la embajadora del Águila Real de Montaña en un programa de educación ambiental.
Desde la constitución de nuestra fundación el Águila Real de Montaña ha sido nuestra especie prioritaria para la conservación y como tenemos un ave saludable que puede reforzar un programa de educación ambiental decidimos iniciar un proceso de entrenamiento del animal mediante técnicas de cetrería para que el ave pueda estar próxima a las personas. Es un miembro más de la familia FADA y por tanto la bautizamos con el nombre de Atila en junio de 2016. Atila ya ha iniciado el programa de educación ambiental, apoyando la divulgación de la especie en videos e imágenes. Pronto esperamos que las personas puedan conocerla de cerca y descubrir la importancia del Águila Real de Montaña y su conservación.
Ayúdanos a que esto se haga realidad en nuestra campaña de crowdfunding.


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